Quería salir del piso de Alice no más tarde de las 9.00 de la mañana, pero la noche anterior fue alegre, por lo que terminé saliendo a las 14.00. No lo vuelvo a hacer (?).
Pasé dos horas buscando la "tank steller" en Roxel (sobre la carretera que me llevaría a Hamburgo). Estaba totalmente perdido a un par de kilómetros al sur de donde se suponía debería de estar y una ancianita en alemán y yo en español, pero conseguí entenderle y los últimos 30 minutos de la odisea los empleé caminando hacia la gasolinera. Después de haberme limpiado el sudor de la cara y refrescarme, me dispuse a hacer mi letrero. Escogí escribir "nord" (norte) para que cualquier persona no me descartara por no ir a Hamburg.
Después de haber esperado 5 minutos, una chica me llamó y me dijo que iban a Bremen. En total eran 3 chicas guapísimas que iban a una fiesta. Si me hubiesen invitado, llego un día más tarde a Hamburg. Me dejaron en las afueras de Bremen. Ahí me tomó aproximadamente 20 minutos encontrar "ride". Le hablé a un tipo y me dijo que la dueña de la van era la chica con la cosa en la cabeza. Le hablé y me dijo que no tenía espacio. Me paré de nuevo en el camellón que divide la entrada al parrque secundario de autos y el de los trailers. Cuando 3 minutos después estaba retrocediendo y si tenían espacio. Para todo esto era aproximadamente las 20.00. Lo bueno es que aún tenía más o menos 2.5 horas de luz. Para agregar más aventura a la situación, estaba llamando a la hermana de Christina, Katharina y el teléfono (probé en dos distintos) se tragó 2.5 euros. Encontré un Macdonalds, pero no tenía señal. Al final fuí a caer a un café internet y de ahí llamé a Katharina y me dio las instruccions de cómo llegar a su casa. Cómo la tradición que empezó Tim al recibirme en Antwerpen con una cerveza bien fría, Katharina no fue la excepción. Luego fuimos a dar una vuelta.
Al día siguiente sería por mi cuenta. Lo utilizé para explorar la ciudad. Conocí el puerto y su malecón. Lleno de tiendas turísitcas. Visité una iglesia donde un pobre imbécil se estaba casando. Claro que también fui a Sankt Pauli y al Reeperbahn. Este último estaba excepcionalmente lleno por dos razones: fútbol y una reunión de bikers. El fútbol no me molesta para nada, pero los bikers, super norteamericanizados. Incluso ví una patrulla de los Estados Unidos con placas alemanas!
El domingo por la mañana conocí un poco más del área donde me estaba quedando: Sternschanze. Un barrio lleno de restaurantes, cafés, bares y cuánta otra cosa uno se puede imaginar. Conocí a esta CSer que se ofrecio a darme un pequeño tour de los alrededores. Pero lo que realmente quería ver era el juego del domingo: Alemania vs. Inglaterra. Pude ver cómo los alemanas celebran el fútbol, pero verlo un juego en el segundo "public viewing" más grande de Alemania definitivamente tenía que ser una experiencia inolvidable. Y lo fue! Ver, no sé, 70 mil personas gritando y celebrando los goles fue increíble. Ya me puedo empezar a imaginar comó fue el mundial. Ahora sólo espero que pueda ver algún juego en Berlin (public viewing más grande). Había un área de comidas donde estaban representados todos los países que están participando en la copa. Pensé que quizá pudiera conseguir un par de baleadas en el stand de Honduras, pero para mi sorpresa, sólo habían cubanos y alemanes en el stand. Quize probar si en el stand de España si hablaban español y cuando pregunté algo me respondieron en inglés. Al menos me entendieron que pregunté. Y empezó el partido!!!
Luego claro, la celebración. Esta vez, no regresé tarde al piso, aunque si un poco borracho, pero no tanto. Soy responsable, al día siguiente tenía que hacer dedo hasta Køvenhavn. No era una distancia mayor a la que recorrí al llegar a Hamburg, pero esta incluía un ferry (al cual me tenía que subir sin pagar) y dos países.