Despues del susto que pase en Islandia, las casi 3 horas que me separaban del continente deberian de pasar facil. Esta vez no me toco en el asiento de enmedio, me toco pasillo. El asiento de enmedio estaba vacio, pero la tipa que le tocó la ventana se cambió de lugar para estar junto a su acompañante. No sólo me cambié a la ventana, sino que la fila entera era para mi solito.
Al fin llegué al aeropuerto de Bruselas (que no está en Bruselas, sino que a unos no sé cuántos kilómetros). Tim me estaba esperando afuera. Luego me recibió en su casa en Antwerpen con una cerveza bien helada.
Como buenos anfitriones, fuimos a un bar esa noche. Aún tenía jetlag. Fuimos a unos cuantos bares. A un raggae bar, a casa de unos amigos suyos. Fue tanta la joda que llegamos a casa a las 6.30 de la mañana.
Tim tenía que hacer unas cosas al día siguiente, por lo que Mandy fue mi "guía" por la mañana, tarde mejor dicho. Todos los años, después del Pentecostés y por 6 semanas, se instala una feria, algo grande, con muchos juegos que ni de chiste me subiría (Tim piensa lo mismo). Antwerpen es una ciudad con mucha histora. Como muchas ciudades europeas, cuenta con muchos edificios antiguos. Logran combinar la tecnología con lo antiguo: frente a uno de los museos hay una fuente (?); en realidad no es una fuente, es una especie de estanque que, al igual que los océanos tiene mareas. Si, mareas. Por la tarde estaba medio llenos. Cuando regesamos por la noche, estaba totalmente lleno.
En la feria se puede comer cualquier cantidad de dulces típicos de Bélgica: waffles de distintos tipos, unas bolitas de masa de panqueque con azúcar glas que no recuerdo el nombre pero que son deliciosas!
A unos 25 kilómetros de Antwerpen queda una pequeña ciudad que se llama Brasschraat. Es la ciudad con la menor tasa de impuestos, por lo que el impuesto que paga la gente de ahí es inversamente proporcional a los autos que se miran en la calle (y con placas de holanda). En Brasschraat viven muchos millonarios holandeses.
Hay un ley en la ciudad: ningún edificio puede ser más alto que la torre de la catedral. Mide unos 50 metros de alto y si, ningún edificio es más alto. Hay un edifico cerca de la casa de Tim y Mandy, me llamó la atención desde que llegué, ya que pasamos junto a el. Es el palacio de justicia. En la pared de vidrio frontal está escrita la siguiente leyenda: "want tussen droom en daad staan wetten in de weg en praktische bezwaren", más o menos "porque las leyes y las objeciones prácticas estan entre los sueños y las acciones".
Del otro lado del río se puede admirar una muy bonita vista de la ciudad. Fuimos a un cumpleaños donde probé los panqueques belgas. Yummy!
Tim se enroló en un curso de fotografía y una de las tareas era retratar la ciudad a través de las personas que en ella viven. Quería enseñar un Antwerpen multicultural por lo que me incluyó en el juego de fotos. Hice dos "photoshoots", uno en el parque al otro lado de Antwerpen y el otro en una antigua y abandonada estación de bombeo de petroquímicos (que aún sigue siendo una de las principales industrias en el puerto de Antwerpen). En esta locación (buenísima, por cierto) también llegaron unos amigos de ellos. Después, a comer papas fritas y tomar Jupiler.
La Centraal Station es sencillamente impresionante. Es un edificio bellísimo que fue contruido en 1905. Algo curioso es que la fachada del edificio tiene más de 100 años, pero en el interior lo antigua se combina con lo moderno: 3 plataformas (3 niveles) de trenes, tableros electrónicos, ventas electrónicas de boletos. Queda en el centro de la ciudad, al lado del zoológico. Al final de una de las calles más bulliciosas. Con Macdonald's, Subways y cuanta otra cadena norteamericana de comida rápida. Incluso en alguna ocasión vi un KFC.