Friday, August 20, 2010

Augsburg, Salzburg, quickie (viaje, mal pensados) a Bled y Salzburg de nuevo

Augsburg es una pequeña ciudad universitaria muy cerca de München. Aquí prácticamente no hice nada. Sólo internetear y descansar ya que el viaje de regreso de Portugal me dejó exhausto. Es la ciudad donde nació el papá de Mozart. No pude salir mucho también porque estaba lloviendo mucho. Ya sé, no soy de azúcar. Pero tampoco soy de Gore-Tex.

Terminé tomando el tren hacia Salzburg, eran casi las 6 de la tarde cuando estaba saliendo de Augsburg. El señor verano ya está terminando su trabajo. Aún tengo muy presentes los días cuando era totalmente de noche cuando era casi la media noche.

En Salzburg me encontraría con mi amiga Katrín a quien no miraba desde hacía poco más de un año. Cuando estuvo en Guatemala perdió un celular que me habían regalado. Estaba emocionado en ir a la ciudad donde nació Mozart.

Charlando con Katrín me contaba que tenía unos días libres por lo que decidimos hacer un viajecito: los alpes austríacos y luego Eslovenia. En los alpes me quedé en un pequeño hotel propiedad de unos amigos islandeses de Katrín. El pueblo se llama Sankt Michael im Lungau. Pintoresco el pueblito. Tuve mucha suerte porque la chica que me llevara me dejó a escasas dos calles del hotel. En el hotel me han tratado como un VIP. Tomé mucha cerveza, comí comida muy rica (salmón) y todo eso fue gratis, gracias a la hospitalidad de Doddi y Thury. No recuerdo que algún austríaco trabajara en el hotel.





Algo que me gusta acerca de los camioneros de Europa Oriental es que le importa un soberano pepino que la ley prohiba llevar a más de un acompañante dentro del camión. Un camionero de Macedonia nos llevó a 6 kilómetros de Bled, que fue la meta hace poco para una carrera de autostop desde Augsburg. Por cierto, fue la primera vez que Katrín, la viajera "card" core se subía a un camión.

No es la primera vez que llego a un lugar y no tengo donde dormir. Algunas personas tiene plan B. Eso quiere decir que si tiene plan B, tiene que tener plan A. Yo no tengo plan! Mandamos unas cuantas "emergency couch requests" y alguien respondió: "no los puedo hospedar pero hay se divierten" y otro "creo que es muy tarde, espero que se la hayan pasado bien".

En el lago hay una pequeña isla con una iglesia en la cumbre de la montaña. Rentar una lancha por una hora cuesta 10euro. Es un viejecito divertido (más aún cuando uno no paga los 10euro!).

Decidí dormir a la orilla del lago, pero al final de la tarde pensé que quizá hubiese sido buena idea tener una especia de "backup " plan porque empezó a llover. Había una casa abandonada pero Katrín no quizo dormir. Empezamos a preguntar si la estación del tren estaba abierta y la respuesta fue afirmativa. La estación queda en otro pueblito que se llama Lesce (se pronuncia Lestze, creo). Es una de las ciudades más antiguas de Eslovenia. Pero eso no les importa a la gente de la estación del tren, que era donde pensaba dormir, puesto que estaba cerrada desde las 9 de la noche. Cuando llegué a la estación después de tomarme un par de cervezas con los chicos que me dieran jalón. Bueno, ahora sí qué demonios voy a hacer! vi una mesa en un bar que estaba próximo a cerrer. A los chicos se les ocurrió llevarnos a un camping a unos 2 kilómetros. Para no hacer la historia larga, terminé durmiendo en la lavandería! Era la 1am cuando escuché que alguien abría la puerta, apagaba la luz y cerraba de nuevo la puerta. 3 segundos después, le estaba echando llave. Mierda. El plan era salir corriendo del camping a las 6 de la mañana, terminé saliendo 2 horas y media después. Ahora tenía que llegar de alguna forma a la carretera. Después de una hora y un ride, estaba en una gasolinera sobre la autopista en dirección de regreso a Salzburg.

Nos separamos en la gasolinera en las afueras de Jesenice. Katrín se con Markus, el conductor bosnio que no habla ni una sola palabra de inglés, y yo me fui, 20 minutos depués con Sanja, una croata que iba de Croacia de regreso a Alemania. Lo gracioso es que antes de llegar a Salzburg recogimos a Katrín en un parqueo. Descubrí que los germano parlantes no tienen sentido del humor.






Después de unas cuantas horas estaba comiéndome un par de quesoburguesas que me invitó Sanja. Cierto, eran de Burger King, pero simplemente me parece muy descortés no aceptar algo que amablemente me están ofreciendo. Además tenía mucha hambre.

De regreso en Salzburg, que no conocía mucho ya que al día siguiente de mi llegada salía para Eslovenia, me dediqué a caminar por la ciudad. Afortunadamente tenía como guía mi islandesa favorita que me dio un excelente tour por la ciudad.

Los primeros días que estuve en Salzburg hizo un poco de calor. Al salir, el señor verano ya se empezaba a despedir. Empezó a llover, a hacer más frío. Ya no puedo caminar en shorts y usar "ojotas" (chanclas, flipflops).

En Salzburg hay muchos lugares con inscripciones en latín ya que fue fundada por lo romanos hace muchos años. Ahora ya conocía las ciudad donde nació papá Mozart y Mozart Jr.